Llueven Pieles De Leopardo: Alex & The Horribles, 'Sleepwalking Into The Future' (2009)

lunes, 2 de febrero de 2009

Alex & The Horribles, 'Sleepwalking Into The Future' (2009)

No, amigos: Alex & The Horribles no es el grupo en el que toco de incógnito, ni son mis amigos de la infancia, ni tan siquiera cobro comisión por promocionarles. Si soy tan pesado con estos jovencitos de Rutherford, New Jersey, es simplemente porqué me encanta su música. Un subidón de energía fresca, juvenil, descarada y con el irresistible encanto del amateurismo, del espíritu del do it yourself (o espíritu de Juan Palomo), y del amor a la música como expresión vital y artística (y no como negocio de ladrones, piratas y demás chupópteros). Con su álbum de debut, 'Horribles' (2008), engancharon por completo a este leopardo verde, que no dudó en catapultarlos como la gran revelación del año pasado. Y con este segundo disco, me reafirmo: son jodidamente buenos.

Grabado otra vez en el ático de Derek (quien, por cierto, deja la banda), y tras una época tumultuosa de mucho estudiar y poco tocar, 'Sleepwalking Into The Future' vuelve a
inyectarnos un antídoto de vitalismo sonoro a base de la relectura de grandes nombres del indie americano como Pavement, Pixies, Dinosaur Jr. o Superchunk. En las canciones más contundentes y abrasivas ('Mary X', 'Dig Up My Soul', 'White Elephant', 'Sleepwalking'...), Alex grita hasta desgañitarse envuelto en sucias guitarras distorsionadas y a uno le dan ganas de tirarse al suelo y ponerse a dar vueltas como un demente.

En las canciones más melódicas ('Coming Down', 'Northern California', 'O Jin!'...), la sombra de Pavement vuelve a ser alargada y a uno casi le cae la lagrimita nostálgica de que alguien sea capaz de tocarle la misma fibra que tocaba Stephen Malkmus hace más de una década. Y en 'Make Out Like Japanese School Girls', uno da las gracias por seguir siendo joven en 2009 y querer dar botes y sudar y rebotar contra decenas de cuerpos en idéntica tesitura, con el único fin de olvidar la realidad de mierda y sentirse libre y tremendamente feliz durante 2 minutos y 27 segundos.

Total, 28 minutos de nuevo éxtasis musical, y como ya me pasó con su primer trabajo, uno de aquellos discos que machaco una y otra vez y no me cansan. Y si os pensáis que con esto dejaré de hablaros de ellos durante un tiempo, lo lleváis claro leopardos; próximamente publicaremos nuestra segunda entrevista con Alex & The Horribles, en la que nos hablan de este segundo disco, de cómo el grupo estuvo a punto de irse al garete, de fútbol, cine, música... o hasta del pesao de Obama. De momento, disfrutad otra vez con las canciones más orgullosamente horribles de la cosecha leoparda...