viernes, 20 de febrero de 2009

Sobre gustos...


Es curioso, en el intervalo de menos de 72 horas me he hecho con entradas para dos conciertos de artistas que no pueden ser más diferentes: Metallica y Madonna.
Seguro que habrán los que se rasguen las vestiduras viendo una incompatibilidad, o peor aún, una falta de criterio galopante.
Pues bien, yo me defiendo de estos intolerantes diciéndoles que disfruto tanto con el rock más salvaje de Metallica, como con el pop más petardo y enganchoso de la ambición rubia...
Porque la vida está hecha de contrastes y de muchos sabores. ¿Y para qué privarse de ellos? Entiendo que quizás a un fan del metal más extremo se la traiga floja Madonna, y viceversa. Pero ojo, porque también hay un sector que no le hace ascos a nada (o casi nada: también tengo mis fobias musicales, por descontado. Un día ya hablaré de ellas...).
Tan solo destacar que la entrada para Metallica me costó lo suyo: estuve esperando un par de horas el pasado lunes, a las puertas de la Fnac del Triangle, y como soy gafe encontrándome fatal. Pero al final las conseguí (posteriormente me enteré que no se habían agotado, como me temía, pero eso ya es otro cantar).
En cuanto a Madonna, tengo que agradecer a unos buenos amigos por pensar en mí. Ambos conciertos serán en julio, y con tan solo un intervalo de 10 días entre ellos (el 11 los de San Francisco y el 21 la Ciccone).
Ahora ya tiemblo ante la adquisición de la entrada para U2...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entiendo y comparto tu postura. ¿Porque a un fan de Meatllica no le puede gustar Madonna?
No al talibanismo musical.
saludos
sfb72

Mr. Green Dumb Leppard dijo...

La única vez que ví a Metallica me acabaron agobiando con tanto solo de guitarra (de hecho, fui allí para ver a los teloneros Monster Magnet). Madonna fue mi gran ídolo de adolescencia, y después del trauma de irme de vacaciones familiares justo el día que tocaba en el Estadi Olímpic en la gira del Blonde Ambition, logré quitarme la espinita hace unos años, junto a otro leopardo: y auqnue tocó pocos clásicos, la verdad es que se hizo muy emocionante tener allí delante a la protagonista de muchas de mis fantasías adolescentes.

Como dice san freebird, abajo el talibanismo musical!!! Y viva el eclecticismo!!