Es curioso. Con The Arcade Fire me pasó algo similar que con Suede: la primera vez que les escuché me sonaron a bicho raro y no me gustaron, pero cuando insistí y les encontré sus (múltiples) virtudes, ya nunca más me pude despegar de ellos ni dejar de adorarles con devoción. En el caso de los canadienses, había leído un montón de críticas que les ponían por las nubes, así que me tiré a la piscina con 'Funeral'. Y no se si fue porqué me esperaba otra cosa, pero el disco me dejó súperfrío. Es gracioso, o hasta ridículo, darte cuenta de estas cosas con el tiempo, porqué ahora cada vez que me lo pongo me provoca un subidón de energía increíble. ¿Cómo me podía dejar indiferente semejante obra de arte?
Y es que 'Funeral' es intenso, enérgico, pomposo, barroco y descomunalmente épico. Ese uso rockero que hacen los canadienses de instrumentos tradicionalmente ligados a la música clásica es una vuelta de tuerca sorprendente. O al menos, lo fue hace 5 años, porqué ahora son muchos los que siguen la estela con mayor o menor acierto (entre los buenos, Fanfarlo, Ra Ra Riot, Port O'Brien...). Y, por supuesto, todo ese armazón no valdría para nada si debajo no hubiera composiciones de un talento mayúsculo: 'Tunnels', 'Laika', 'Crown Of Love', 'Wake Up', 'Rebellion'... y si las dijera todas, no pasaría nada.
'Neon Bible' era la prueba de fuego. El eterno examen del segundo disco. Esa guillotina pendiente sobre las cabezas de los iluminados por los focos de la fama repentina. Pocos son los que suelen superar la prueba de la decapitación, pero Arcade Fire lo hicieron con nota. Se metieron en una pequeña iglesia que compraron con la pasta que hicieron con 'Funeral', introdujeron el sonido de órganos eclesiásticos, y se cascaron un discazo tan o más descomunal que el primero ('Black Mirror', 'No Cars Go', 'Ocean Of Noise', 'Intervention'...).
Y cuando tuvimos la oportunidad de verles en directo, en verano de 2007, este leopardo se dio cuenta que estábamos ante la que puede ser la GRAN banda indie de la década. La que le dará el relevo a Radiohead. Por entidad, por creatividad, por carácter, por fuerza... en vivo son un auténtico torbellino. Cambios constantes de instrumentos entre los miembros de la banda. Energía desbordante. Química. Interacción. Algo grande pasando delante de tus morros. Y que duren...
Y el día que tenga una banda de rock, la liaré parda como ellos...
2 comentarios:
Muy grandes los Arcade. Muy grandes.
Un saludo!
Grandiosos, M.Deker!
saludos
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