sábado, 13 de marzo de 2010

Los Planetas, Palau de la Música (Barcelona), 12 marzo 2010




Si hace unos años alguien nos hubiera dicho que Los Planetas llenarían dos veces un escenario poco proclive al rock como el Palau de la Música en un festival de flamenco, le habríamos tomado por loco. Pero en 2010, la banda indie por excelencia del pop español se siente más cerca de Parrita o Antonio Canales que de las épocas de Australian Blonde o El Inquilino Comunista. Y aunque eso haya podido atraer a un nuevo perfil de público, lo cierto es que el que había el segundo día de sus shows en el Palau era el de toda la vida: el de la generación que fue adolescente o post-adolescente en los 90 y que se sabe sus himnos de memoria, pero que ahora les ha cogido de la mano para dejarse arrastrar en su experimentación por las raíces flamencas tan propias de la tierra de los granadinos. Y así, no cuesta tanto entender que el público reclamara la presencia de la banda en el primero de los dos bises que hicieron a base de palmas flamencas, más propias de un tablao o del campo del Betis que de un concierto pop.



Como era de esperar, el repertorio (de una hora y media y dos bises) se centró básicamente en los temas de ‘La Leyenda Del Espacio’ y de sus nuevas grabaciones: el disco ‘Una Ópera Egipcia’ y el EP ‘4 Palos’. Abrieron con la instrumental ‘La Llave De Oro’ y esa versión del ‘Romance De Juan Osuna’ de Manolo Caracol, y fueron intercalando nuevas composiciones como ‘Señora De Las Alturas’, ‘La Virgen De La Soledad’, ‘Atravesando Los Montes’ o ‘Soy Un Pobre Granaíno’ con otras de su anterior disco como ‘Si Estaba Loco Por Ti’, ‘El Canto Del Bute’, ‘Ya No Me Asomo A La Verja’ o ‘Alegrías Del Incendio’. Con la habitual frialdad de los 5 miembros y una intensa iluminación a contraluz, la acústica del Palau hizo ganar pomposidad al sonido planetario de 2010, con esa mezcla de feedback y distorsión con los ritmos flamencos de seguidillas, malagueñas, colombianas o tarantos. Las únicas incursiones en su repertorio más clásico fueron ‘Mil Millones De Veces’, la celebradísima ‘Santos Que Yo Te Pinté’ y, por supuesto, la que fue la primera incursión flamenca de su discografía: una versión del ‘Podría Volver’ de Bambino que cerró la noche y levantó a unos cuantos de su asiento. Aunque, no nos engañemos, el público indie todavía tiene que quitarse muchos prejuicios de encima para dejarse ir, liberarse de poses, y convertir un show así en una alocada boda gitana que ponga el Palau patas arriba.




No hay comentarios: