En su día no conté las penurias que pasé para hacerme con mi flamante iPhone 3GS (pese a todo, lo conseguí totalmente gratis), hace exactamente 4 meses. Y tampoco lo haré ahora. Aunque no dejaré de loar las maravillas que hace este aparato.
Hoy he descubierto una aplicación (gratuita, como todas las que me descargo) de Apple que es la leche: se llama Remote y permite ni más ni menos que controlar la música de nuestro ordenador remotamente a través del teléfono. Simplemente se requiere tener wi-fi y el iTunes, por descontado.
La verdad es que resulta comodísimo cambiar de discos y canciones estirado desde el sofá o incluso desde la más lejana mesa de comer.
Está claro que las nuevas tecnologías avanzan a pasos de gigante, y que dentro de poco los CDs van a quedar obsoletos. Un servidor ya casi no se compra éstos, exceptuando contadísimas ocasiones para completar las colecciones de mis grupos favoritos. En vez de eso, prefiero gastarme la pasta en conciertos y festivales (ver siguiente post), pese a los precios desorbitados de algunos de estos últimos. Y es que todavía no hemos llegado a los bolos virtuales, pero todo se andará...
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