.jpg)
Escribo esto desde la excitación. Desde la urgencia. Desde la precipitación. Desde esa euforia incontrolable que nos invade a todos cuando alcanzamos algo que hacía mucho tiempo que esperábamos. Es decir, circunstancias idóneas para perder el rigor, la precisión y la perspectiva necesarias para ejercer un punto crítico justo y que nos haga creíbles. Ahora mismo todo eso me da igual. Sólo sé que tengo mi piel leoparda de gallina, el pelaje erizado, y los colmillos felinos babeando. Y es que hacía 3 años que esperábamos insaciables este momento...
Y sí, todo es subjetivo en esta vida. Así que desde mi subjetividad de leopardo verde, no tengo ninguna duda de que Arcade Fire son la banda más grande que ha dado el indie en la primera década del siglo XXI. Por dos discos descomunales ('Funeral' y 'Neon Bible'), por un sonido personal e intransferible que ha generado multitud de bandas a remolque que intentaban emular su pomposidad y su épica. Y por unos directos tremendamente intensos y que hacían justicia a sus resultados en estudio.
Y estoy convencido de que mucha gente les meterá palos. Y dirán que se han dormido en su propio éxito y que han caído en la autocomplacencia. Y que han perdido la épica y la magia de sus composiciones. Y admito que tras la primera escucha, yo también me quedé algo frío. Tras la segunda, empecé a cogerle el gustillo a temas como 'The Suburbs', 'Ready To Start', 'Suburban War', 'Month Of May', 'Wasted Hours', 'We Used To Wait'... tras la tercera, empiezo a reconocer la épica escondida bajo diferente disfraz y me digo a mi mismo: "los cojones que no hay épica"; y en la cuarta, me acuerdo cuando escuché por primera vez 'Funeral' y pensé "no hay para tanto". Iluso de mi. Y estoy convencido, y me juego mi cola leoparda, de que me faltan muy pocas escuchas para captar en todo su esplendor la grandeza de este disco con el que acabaremos todos haciéndonos pajas (no hablo necesariamente en el sentido literal, aunque cada uno que haga lo que quiera con sus filias musicales). Arcade Fire siguen vivitos y coleando, y todavía no ha nacido quien pueda soplarles a la oreja por el cetro de reyes del indie. Y a quien se atreva a negarlo, le espero en los suburbios. Y sin su madre...
