En esta ocasión tan solo acudí el sábado 30. No estaba acreditado, y básicamente me interesaban Neil Young, al que no había visto nunca, y The Jayhawks (estos sí, unas cuantas veces). Pero la gran sorpresa de la jornada fue para mí el rapero Ghostface Killah, de Wu-Tang Clan. En tan solo tres cuartos de hora y a base de hitazos consiguió poner patas arriba el escenario Pitchfork. Yo mismo me sorprendo de mi vena hiphopera, seguramente avivada por el reciente visionado del excelente biopic de Notorious B.I.G. (del que hablaré en el siguiente post).
Y es que como muy bien me comentó el experto en la materia David Broc, un concierto de rap nunca es fiable, pero en este caso me la jugué y acerté de pleno. No lamento haberme perdido media actuación de Sonic Youth para babear, al lado de dos miembros de Dead Meadow, del enorme show de Ghostface.
Volviendo a la normalidad, disfruté con los Jayhawks y su repertorio plagado de éxitos, aunque su habitat natural no son los festivales. La hora, a las 7 de la tarde, tampoco ayudó a crear el mejor ambiente para sus preciosas melodías. Digamos que estuvieron bien, pero que he visto bolos suyos mucho mejores (aquellos de la gloriosa gira del Mondo Sonoro, entre otros).
El esperado Neil Young se retrasó un cuarto de hora, y no tocó las dos horas y media que había prometido (de hecho, no llegó ni a la hora y tres cuartos). Me encontraba situado a la izquierda de la mesa de sonido y el sonido inicial era espantosamente malo. Un bajo completamente saturado, una batería inaudible... Afortunadamente, el estropicio se fue arreglando y la actuación fue de menos a más. Seguramente la habría disfrutado más de encontrarme más próximo al escenario. El repertorio eran todo clásicos, y únicamente tocó un tema de su nuevo álbum. Al final convenció a todo el mundo.
Tras éste, contemplé un par de temas de Deerhunter y me dirigí a Ghostface.
De Sonic Youth vi la mitad final, desde la hierba pues las horas empezaban a pesar. No es que me apasionen, pero esta actuación se me hizo menos pesada que la de hace un par de años.
De allí me dirigí al lejano escenario Ray-Ban Vice para ver a los garajeros Black Lips, pero me agobié enseguida y acabé viendo a otro rapero, El-P. Esta vez no disfruté tanto, se notaba el nivel notablemente inferior al primero...
Y acabé bailando hasta las cinco con el indie-rock de DJ Coco.
De regreso, el tranvía se estropeó a las puertas del Fórum, y tuve que pillar el metro, por lo que tardé una hora en llegar a casa. Nada nuevo bajo el sol, siempre he sostenido que esta ciudad "tan moderna" no se merece el transporte público tercermundista con el que cuenta...
martes, 2 de junio de 2009
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1 comentario:
Ahora escribo mi parte!
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