Escuché este disco hace casi 2 meses y no me llamó especialmente la atención, pero ahora no paro de machacarlo una y otra vez en estas primeras noches de frío urbano. Pop oscuro, minimalista, que hubiera podido formar parte de la banda sonora de 'Lost In Translation', con sus tenues lineas de guitarras joydivisianas, bajo, guitarra, teclado y ecos. Música ideal para acompañar los paseos nocturnos de vuelta a casa en la gran ciudad. Aquellos de calles desiertas, temblores, vahos y humedades. De semáforos y estrellas iluminándote el camino al país donde están prohibidas las caretas, y donde pensamientos y deseos vuelan a su libre albedrío.
Música del norte, claro está. Del país de las tendencias, y de los tendenciosos. De Romy, Baria, Oliver y Jamie. O de veinteañeros del Elliot School, que es lo mismo, aparte de ser cuna también de Hot Chip. Y ahora mismo están de Erasmus rockero, y el 9 de noviembre aterrizarán en Barcelona, en su única parada por estas tierras. Al menos, por ahora. Del futuro ya hablaremos.
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