Una de las cosas más maravillosas de la vida es que, tras las decepciones, el sol puede salir de cualquier pequeño rincón sombrío. De donde menos te lo esperes. Hoy era un día en que a los leopardos se nos acumulaba la caza, pero resulta que el festín no nos lo hemos pegado con el enorme bisonte esperado, sino con una ligera gacela escondida. De aquellas cosas que consiguen que, al fin y al cabo, el balance del día sea de relamerse los bigotes felinos...
Y ojo, que tampoco es ninguna sorpresa, porqué si nos seguís hace tiempo, sabréis que el debut de The Pains Of Being Pure At Heart fue recibido con algarabía en la tierra de los leopardos. Para este animalejo verde, seguramente fue el disco que más he escuchado de aquél 2009, junto a '1999' de Love Of Lesbian y el gigantesco 'Reservoir' de Fanfarlo. Y los EP's que han ido sacando los neoyorquinos desde entonces también fueron motivo de celebración, de manera que este segundo disco era esperadísimo por el que os escribe ahora mismo mientras se le cae la baba felina de gusto y tiene una especie de erección en la trompa de Eustaquio.
Y es que, como ya pasaba en el debut, los Pains siguen destilando frescura adolescente, brillo luminoso, pegada eléctrica, y unas melodías redondas para cualquier amante del dream pop ensoñador. ¡¡Ah, si los Smiths, Jesus & Mary Chain, Ride y compañía levantaran la cabeza!! Total, otra colección de canciones perfecta, donde ni sobra ni falta ninguna: 'Heart In Your Heartbreak', 'Heaven's Gonna Happen Now', 'My Terrible Friend', 'Too Tough'... de esos discos que, cuando acaban, no te importa volver a escuchar de cabo a rabo, para encontrarle más placer escondido. Gracias por existir, chiquillos, y qué ganas de volveos a disfrutar en directo. De momento, ya estáis por encima de los Strokes: vosotros sí que tenéis 2 discos redondos...