jueves, 4 de noviembre de 2010

Festival In-Edit 2010: 'Keep On Rockin'




El otro día os reseñábamos uno de los diversos documentales de D. A. Pennebaker que se exhiben estos días en el Festival In-Edit Beefeater, 'Zyggy Stardust & The Spiders From Mars'; y esta noche os hablaré de otro, que tenía muchísimas ganas de ver. Probablemente, el primero en mi lista de preferencias del cartel de este año. Y es que, tras leer este verano en la biografía de Little Richard 'Ooh, My Soul' varias referencias a la película, me venía que ni pintado que los del In-Edit hayan incluído 'Keep On Rockin' en su programación 2010.


En 1969, bajo el contexto de la Guerra del Vietnam o las matanzas de la Familia Manson, la gran mentira del movimiento hippie parece empezar a apagarse. Aún así, es el año de Woodstock, y también el de otros festivales de rock, como el de Toronto. El 13 de septiembre, en el Varsity Stadium, 20.000 personas se reunieron para ver un cartel en el que estaban The Doors, Alice Cooper, Plastic Ono Band, Screamin' Lord Sutch... pero también unos cuantos pioneros del rock'n'roll que intentaban hacer resurgir su llama: Gene Vincent, Bo Diddley, Jerry Lee Lewis, Chuck Berry o el enorme Little Richard. Y en estos 4 últimos se centra esta cinta de Pennebaker, que ya tenía experiencia en filmar otros grandes festivales de rock de la época como el de Monterey del 67.


El film empieza con un par de temas del genial Bo Diddley y sus locas guitarras. Una lástima, porqué el set de rock primitivo del gran Bo mostrado en el metraje se hace realmente corto. Le sigue Jerry Lee Lewis, bastante cascado y en versión autoparódica, aunque respaldado por una buena banda comandada por Kenny Lovelace. Sinceramente, por momentos 'The Killer' se queda sin voz, pierde el ritmo y roza el patetismo, toca casi tantas canciones de Elvis como suyas propias, y queda en evidencia ante el despliegue de poderío tridente negro que coprotagoniza la cinta. Chuck Berry desprende mucho feeling, con sus guitarrazos, su sonrisa, y ese paso del pato que luego se hizo suyo Angus Young. Y consigue la empatía de un público entregado.



Pero ninguno de ellos le puede hacer sombra al enorme Little Richard, y tras ver su actuación no me extraña que nadie nunca quisiera tocar después de él. Y es que 'el melocotón de Georgia' se muestra como un volcán de energía, sexualidad y espectáculo, que además tiene un repertorio muy difícil de igualar en aquella época: 'Lucille', 'Tutti Frutti', 'Long Tall Sally', 'Good Golly Miss Molly', 'She's Got It', 'Jenny Jenny'... por no hablar de esa vestimenta de espejitos que hace brillar obligando a apagar las luces del escenario, y que (como siempre), acabará tirando al público. Compadezco a la gente que tenía en mi misma fila, porqué no pude parar de mover los pies sentado en mi asiento. Aunque, una vez más, encontré lamentable la autorepresión del mojigato público allí reunido, que debería haber saltado de sus asientos, gritando, bailando y dejándose ir como leopardos desbocados ante tal demostración de poderío escénico.... keep on rockin', fuckin' bastards!!!








2 comentarios:

myr dijo...

así que tu ya la has visto... el domingo la veré yo, que ganas!!!
creo que mi fila también temblará....jajaja
saludos!

Mr. Green Dumb Leppard dijo...

Harás bien, myr, harás bien!! grrrooooooaaaaarrrrrr!!!