Tras 3 semanas en ayunas informáticas por la lesión de mi ordenador, este leopardo verde vuelve con mono de blog, de internet y de esos submundos que se esconden en la red, y por los que me gusta navegar en largas noches de desconexión del mundo cotidiano. Y vuelvo como el yonkie que no se ha metido un chute en 3 semanas; como el sátiro que no ha pegado un polvo en 21 días; como el fanático futbolero tras un largo verano sin Mundial ni Eurocopa... dispuesto a pegar zarpazos a diestro y siniestro, como una bestia parda desbocada a la que han encerrado en una jaula de un metro cuadrado...
...claro, en estas condiciones, sólo podía volver con una banda como los Fatal Flying Guilloteens. Unos tejanos que deben su nombre a unas letras de Wu Tang Clan y a una vieja peli de kung fu, queriendo simbolizar la violencia, el peligro y el miedo que desprenden sus ruidistas canciones salvajes. Unos tejanos que se vestían de Lone Rangers en sus caóticos conciertos, y que editaron este primer disco bajo el sello Estrus (y quizás con eso esté todo dicho: The Mooney Suzuki, Inmortal Lee County Killers, Man Or Astroman?, Nomads, Soledad Brothers...). Posteriormente sacaron almenos dos discos más, aunque les tengo perdida la pista. Pero este primer álbum es de un caos, un ruidismo y una violencia que a este servidor le dejaron impactado hará ya 8 añitos, cuando escribí las siguientes lineas...
"Guarrísimos como unos Pussy Galore o los primeros discos de la Blues Explosion; caóticos como unas Red Aunts o unos Railroad Jerks; tortuosos como unos Fugazi; con la mala leche de unos At The Drive-In... pero, aún así, guardando un sonido con personalidad propia. Los autores de este puñetazo sonoro son los Fatal Flying Guilloteens, un cuarteto de Humble (Texas), que debería dar mucho que hablar en los próximos meses: Shawn Guilloteen ('The talent'), cantante; Brian Guilloteen ('The lady's man'), guitarra; Roy Guilloteen ('The tough one'), bajo; y Mike Guilloteen (The fashion plate'), batería. Tras la publicación de 4 EP's, debutan con este discazo, bajo la producción deTim Kerr. Afirman que es 'el 5º plazo de su elaborado plan para destruir la música' y, desde luego, van por buen camino: en las clases de naturales siempre nos decían que la energía no se destruye, sinó que se regenera. Y eso debe ser lo que pretenden estos jacobinos del siglo XXI: guillotinar muchas mediocridades con sus afilados ritmos sincopados, para depurar el rock contemporaneo. Atrévete con ellos... si es que puedes."
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