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Al abrigo del club Smell de Los Angeles, ha crecido una generación de bandas que tienen el punk como eje central pero que cada una de ellas lo entiende de una manera más que particular. Ya hablamos hace un tiempo de Mika Miko y éstas no tienen nada que ver con No Age o Abe Vigoda.
Son precisamente estos cuatro weirdos veintreañeros, pese que Mika Miko resulten divertidas, los que proponen el sonido más interesante de esea micro-escena. Y es que han ido sofisticando su art punk hasta fundirlo con los sonidos caribeños y las distorsiones garageras y surferas confeccionando uno de esos discos que amas o odias, pero no te dejan indiferente.
La complejidad de los cortes garantiza multitud de escuchas en las que vas descubriendo más y más detalles atractivos. Su directo promete ser frenéticamente extraño. Ah, y ojito con la cara y la actitud del batería. Me parece un tipo con un enorme carisma.
BAILA CON EL ESQUELETO LISÉRGICO
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