jueves, 16 de abril de 2009

Antony & The Johnsons, 'The Crying Light' (2009)




Esta noche su voz habrá envuelto de terciopelo las paredes del Palau de la Música. Y yo no habré estado. Un caso más de estar en el sitio incorrecto en el momento inoportuno. El eterno melodrama de la imperfección al que estamos sometidos leopardos y mortales. Pobres mortales...



¿Te han hecho alguna vez un masaje con la voz? Es una sensación sublime. Te sientes liviano, ingrávido, hipersensible... como si alguna extraña fuerza ultrapoderosa te levantara del suelo y te hiciera flotar por encima de las cabezas de los demás. Al principio da vértigo, pero cuando te acostumbras, no querrías volver a bajar nunca más al mundo terrenal. Los espíritus se encaprichan enseguida de la por igual anhelada y temida sensación de libertad. Seguramente no es más que un espejismo, una fantasía del alma... pero llegar a creerte que la estás experimentando es una sensación inigualable.



Pianos y violines susurrándote al oído palabras de agridulce belleza. Mientras los primeros te hipnotizan, las cuerdas de los segundos de atan de pies y manos y te someten a su voluntad hasta hacerte estremecer. En esos momentos ya eres un mero juguete, incapaz de escapar. Son los riesgos de jugar a las emociones. Un día puedes reír, y otro te tocará llorar, pero en ambos casos le habrás ganado la partida al ejército de las grises corazas. Y una aureola de luz iluminará tus pasos irregulares.












2 comentarios:

dani dijo...

Fantastico el blog. Llevo tiempo visitando y me encanta. Por cierto el archivo de Anthony debe estar dañado. Seguid así. Un saludo

Mr. Green Dumb Leppard dijo...

Gracias, dani. ¿Cuál ha sido el problema?

zarpazos!