Si un grupo se llama Screaming Females es obligado escucharlo. Al menos, si eres lo suficientemente leopardo. Y, al igual que la cara es el espejo del alma, las portadas suelen ser el espejo del disco (ésta, a cargo de la cantante-diseñadora-camarera Marissa Paternoster). Y esta máxima que me ha permitido descubrir a tantísimos grupos por pura intuición felina, funciona una vez más con este power trío de New Brunswick, New Jersey: Marissa, King Mike y Jarret Dougherty se han cruzado en nuestro camino con su tercer disco. Azar, maravilloso azar...
La experiencia empieza con una enérgica paliza a base de guitarrazos y gritos que te llenan la cara de arañazos y rasguños: 'Bell'. Luego te ponen una tirita marca Pixies ('Sour Grapes'), y una guitarra setentera te enseña el camino enmarañado en grunge y riot girls que es 'Skull'. Las hostias a mansalva vuelven con 'Treacher Collins', y ya no sabes si eso es punk rock, hardcore o un martillo neumático. Si fuera posible mezclar funk y grunge saldría algo como 'Starving Dog', y sin movernos de los 70, 'Lights Out' te aplasta con soberana contundencia. 'I Believe In Evil' me hace creer en que el mal no debe de ser una cosa tan mala, porqué un riff así resulta maravilloso. Si Kurt Cobain hubiera nacido mujer bajita hubiera cantado la melódico-agresiva 'Adult Army' como Marissa. 'Halfway Down' vuelve a retrotraerte a los 70 y los 90 por igual (¿vuelve el grunge?) con gritos desgarradores Sleater-Kinney, y el remate a lo Fugazi con 'Buried In The Nude' es la puntilla. Este disco se resume en 4 sílabas: co-jo-nu-do.
No hay comentarios:
Publicar un comentario