sábado, 23 de julio de 2011

D.E.P. Amy Winehouse (14/9/83 - 23/7/11)




Ya sé que se veía venir, pero ahora mismo este leopardo verde se siente igual de consternado que el día que murió Kurt Cobain. Una de las musas leopardas por excelencia de los últimos años nos ha dejado hoy, a los 27 años. Malditos 27 años. La edad maldita del rock, y en la que cayeron también Brian Jones, Jim Morrison, Jimi Hendrix, Janis Joplin, o el mismo Cobain. A estas horas no se saben todavía las causas de la muerte, pero la han encontrado muerta en su casa de Camden a primera hora de la tarde. Así que, teniendo en cuenta su historial, y sus recientes episodios polémicos, todo parece indicar que puede ser cosa de alcohol y/ drogas. Sea como sea, y le pese a quien le pese, Amy pasará a formar parte ya de la leyenda negra del rock: por sus polémicas, pero también por su enorme potencial artístico, su voz desgarrada, y esa maravilla que escucho ahora mismo con cierta amargura que es 'Back To Black'. Todavía me acuerdo del día que lo escuché por primera vez gracias a mr. Brown Blind Leppard, en una casa de campo en la que celebrábamos su cumpleaños, y me pensé que se trataba de un oscuro disco de soul de los 60. Y cómo me enganchó en los meses siguientes, y en cómo fui hablando de sus maravillas y grabándoselo a la gente cercana que creía que podría apreciar toda su grandeza. Ya sé que hay muchas cosas por las que sentirse apenado en este mundo podrido, pero ahora mismo es Amy la que me provoca tristeza...





lunes, 11 de julio de 2011

Mi festival Cruïlla 2011

Era la primera vez que asistía a este festival ubicado en el Fòrum de Barcelona (de hecho, ésta fue la segunda edición en esta misma localidad, pues anteriormente tenía lugar en Mataró) y gracias a la invitaciones que mi colega Borja me cedió amablemente, no tuve que pagar ninguno de los dos días.



El viernes empezó con buen pie con la actuación de Iron & Wine en el escenario principal. Ya les había visto en el Apolo hace un par de años, pero en esta ocasión me gustaron más. Con una gran sección de vientos, ofrecieron un conciertazo de lo más animado. Tengo pendiente escuchar su nuevo disco, que se ve que es más reposado que el directo que ofrecieron.
Luego pasamos a ver al conjunto catalán La iaia, que me dejó una muy buena impresión, recordándome a Manel. Tras unos temas, nos desplazamos al escenario Cutty Sark para ver el bolo en homenaje a Mama Afrika. Soul de calidad por un tubo.
A Antònia Font me los perdí, y antes de Jack Johnson vi un rato el reggae-dub de Fat Freddy's Drop que no acabó de convencerme.
La estrella de la noche era Jack Johnson, y disfruté con su bolo, aunque me gustó más en su última visita a Badalona. La verdad es que en directo sigue siendo bastante soso, aunque suene bien. El momento friki de la noche fue cuando subió al escenario a cantar en un tema el Doctor Estivill con su mujer, que en los setenta tenían un grupo de folk. Se ve que es amigo de su familia, y la cosa no pasó de mera anécdota.



Tras Johnson vi un par de temas de Maika Makovski, la PJ Harvey catalana, que me gustó mucho, y luego nos fuimos a ver Delafé y las flores azules, que lo dieron todo, aunque el sonido no fuese óptimo.
Más tarde disfrutamos del reggae de los históricos Max Romeo y Lee Scratch Perry, y escuchamos algún tema de los divertidos catalanes Very Pomelo. Y nos retiramos sin prestar atención a The Heavy.



El domingo hubo un cambio de horarios porque el transporte del backline de dEUS se retrasó. Y me perdí a los Tiki Phantoms, que tocaron a primera hora de la tarde, una lástima. Vi a Retribution, que no me acabaron de convencer (solo en los temas más cañeros), Ivette Nadal me aburrió y pasé de Calle 13. Madness, a los que vi en Sónar de hace años (y que no me gustaron nada) me convencieron, aunque su bolo fuese irregular. Buen inicio y final, parte central muy plana y demasiado pachanguera. Y tras reírme con el friki de Joan Colomo, disfruté con el mejor concierto del festival: Public Enemy, a los que nunca había visto. Una auténtica demostración de poderío rapero. Tras ellos me retiré, pues dEUS estaba a punto de finalizar.

En resumen, un festival bien organizado, de buen rollo, y con no demasiada gente. Un placer.