El pasado verano, este leopardo verde estuvo cometiendo locas leopardadas por el país más raro de Europa (Bélgica, claro): entre otras cosas, colarse a un festival con los Sex Pistols, The Buzzcocks o New York Dolls en el maletero de un monovolumen junto a una loca leoparda para asistir por la patilla, y una vez allí, tomar prestado un vaso de plástico de una barra con un par de centenares de monedas de plástico con las que pagarnos comida y bebida toda la noche (e invitar a un montón de desconocidos). Supongo que la culpa es del rock, que nos hizo así.
Ese mismo día, pero al mediodía y en la otra punta del país, asistimos a otro festival, el Absolutely Free Festival (AFF), protagonizado únicamente por bandas locales, y allí descubrí a un dúo que me encantó: Mon-O-Phone. Banda de chico-chica, y rock crudo y primario, que me recordó un montón a la primera e imprescindible PJ Harvey, o incluso también a The Kills. Unos meses después, he conseguido al fin su disco, y como no podía ser de otra manera, tenía que reseñarlo aquí.
Aunque en directo también se acompañan de más gente, un servidor vió al dúo de Hasselt tal cuál: Koen Brouwers a la guitarra y la atractiva Ciska Vanhoyland llevando la voz cantante, con la única ayuda extra de baterías pregrabadas. Y el crudo sonido que me hicieron llegar ese sábado de agosto en Genk se capta a la perfección en este disco de debut: sonidos basados en el blues pero vestidos con guitarras afiladas, al más puro estilo de la diosa Harvey de 'Dry' o 'Rid Of Me' (salvando distancias, pero siendo igualmente efectivos). ¿O acaso 'Nancy Archer', 'Evil Woman', 'Go You Go' o 'Drive' no pdrían formar parte del repertorio de Polly Jean? Yo estoy seguro que sí, y me hacen disfrutar casi casi por igual...