viernes, 24 de octubre de 2008

Dirty Three, 'Dirty Three' (1995) y 'Horse Stories' (1996)



El sueño y el hambre me pueden. Me desespero ante la incapacidad para comerme una tortilla de patatas, y me tengo que conformar con sopitas, zumitos y yogures. Necesito inyectarme más droga sonora para ambientar estos horribles días de sentirse casi minusválido. Olvidarme de todo, pensar que pasará pronto, y regocijarme de placer recuperando discos y reseñas que hice en su día de esa maravilla monstruosa (si les has visto en directo, sabrás de qué hablo) llamada Dirty Three...

Sí, los leopardos creemos que la bestia parda de Warren Ellis esconde una rata en su barba que le contagió la rabia...

La emoción no necesita de palabras, sino de sentimientos, y cuando alguien consigue fundir los suyos con algo tan banal como un instrumento de música puede conseguir resultados realmente sublimes. Warren Ellis (violinista, y miembro de Nick Cave & The Bad Seeds o Grinderman), Mick Turner (guitarra y artista que pinta las portadas de sus discos), y Jim White (batería) son los 3 animales sucios que fundaron Dirty Three en 1993 en Melbourne, y se inventaron el post rock antes de que éste existiera. Tras el inicial ‘Sad And Dangerous’, publicaron dos discos que deberían ser de escucha obligada para cualquiera que presuma de tener algo vivo e inquieto por ahí adentro: ‘Dirty Three’ (1995) y ‘Horse Stories’ (1996, considerado por muchos como la obra maestra del trío), ahora reeditados porqué a veces los milagros existen y te pillan justo en el sitio adecuado en el momento preciso. Ambos corresponden al momento más crudo y visceral de la carrera del trío, que en los últimos años se ha decantado más por su vertiente folk y lánguida. Pero en estos dos trabajos, las composiciones instrumentales (sólo rotas aquí por ‘Horse’) son desgarradoras y tormentosas por un lado, y melancólicas y cinemáticas por otro. En cualquiera de los casos, el denominador común es una intensidad emotiva brutal, y presidida por ese violín que a veces parece llorar notas imposibles, como cuando John Cale le dio estatus de instrumento válido para el rock en los tiempos de la Velvet. La anti-rutina de grabar los temas en directo y en una sola toma les da una frescura extra, y que se ve acentuada por mil en sus tempestuosos conciertos (si puedes, hazte el favor de no perdértelos en el Primavera Sound '07). Y por muchas páginas y páginas que escribiera cantando sus excelencias, no conseguiría ni por asomo plasmar un 1% de los movimientos sísmicos internos que le remueven a uno cuando escucha los discos de Dirty Three.




DIGA SUCIO-TRES...



SÚBETE A ESTE CABALLO DESBOCADO... SI TIENES LO QUE HAY QUE TENER




www.anchorandhope.com/

www.myspace.com/dirtythree


4 comentarios:

David dijo...

No los había escuchado nunca. Muy intensos, grandes, nuevo descubrimiento, gracias. He estado pensando que posiblemente estemos intercambiando más palabras ahora que en 5 años de encuentros en el patio/cafetería de la universidad, je je je... Las cosas de internet. Espero que estés mejor. ¿te dieron morfina? yo estuve muy jodido y me dieron unos preparados de morfina que me daban un sueñecito muy agradable, je je je... Ten paciencia, ya verás como mejorarás y luego ni te acordarás. ¿has visto un vídeo de Glasgow que han colgado en la web del Espanyol? un poco amateur pero he vuelto a llorar con el gol de Jonatas desde la grada. Como dice la voz en off, el tiempo debería haberse congelado en ese momento. Cierto.

Mr. Green Dumb Leppard dijo...

Y eso estando a miles de quilómetros de distancia física, david. Alucinante.

Durante la intervención me dieron algo de sedantes, aparte de la anestesia local. Luego, antibióticos, analgésicos, codeína... vamos, que me hacen soplar y peto la máquina.

Uf! Aquél gol de Jonatas. De los que más eufóricamente he celebrado en mi vida. Pasé los minutos de la prórroga desde que marcó el Sevilla subiendo y bajando las escaleras por la grada, supernervioso, mordiéndome las uñas, inquieto como un leopardo enjaulado... y con el público escocés totalmente entregado a la causa perica, por lo injusto que estaba siendo (y acabó siendo) todo. Y sí, tanto cuando marcó Jonatas, como después del partido, tenía los ojos llorosos y la voz rota. La vez que lo he pasado peor en un post-partido de toda mi carrera, sin duda.

Por cierto, Dirty Three son grandiosos. Una intensidad emocional difíciclmente superable.

un abrazo!

Mr. Brown Blind Leppard dijo...

Venga, Green, ánimos, que los leopardos no lloran!!!! Tenemos que ir a partir piernas en San Rafael??? Hijosdeputa!!!

Mr. Green Dumb Leppard dijo...

No, no, si el problema es que soy demasiado leopardo, Brown, y estoy hecho para correr libremente por la sabana y darme festines de gacelas o ñus. Y no para estar encerrado en una jaula con una dieta líquida.
Y lo de los dentistas es otra historia, porqué en pleno siglo XXI no puedo entender que todavía sigan ejecutando métodos de 'curación' propios de la tortura medieval (sí, con la anestesia no te enteras, pero el método sigue siendo muy primitivo y tosco, y lo peor son las consecuencias de los días posteriores)
Grrrroaaaaarrrrr!!!!!