...y como el refranero popular, siempre tan sabio, dice que no hay dos sin tres... ¿por qué limitarse a dos discos más que notables, pudiendo hacer tres? La gira mundial de 'Hurricane Bar' les llevó a tantos sitios y provocó situaciones tan extravagantes que los Mando Diao se inventaron un concepto, la 'Ocrasía', para referirse a ese surrealista mundo en que se generan las vivencias acumuladas en las oscuras noches de tour. Y el resultado de todo aquello quedó plasmado en este brillante tercer disco de los suecos, que mantiene sus trepidantes constantes vitales a medio camino entre el pop y el garaje: desde la groupie española que dió pie a 'Long Before Rock'n'Roll', al patinador 'Welcome Home Luc Robitaille', o al extremista islámico que les contó sus destructivos planes extasiado tras su concierto en Berlín ('Killer Kaczynski'), las 14 canciones esconden historias nocturnas en un disco conceptual, en el sentido más frívolo de la palabra. Y, como en el álbum anterior, el frenético ritmo te deja agotado, desde el principio hasta la preciosa 'Ochrasy' que cierra el disco (cosa a la que también contribuye el enlazar todas las canciones sin blancos de por medio).
Y como los leopardos somos así, os dejaremos también un par de regalitos:
1) Un bonus disc de 4 canciones extras:
2) Una entrevistilla que tuvimos oportunidad de hacerle a Gustaf Norén en 2006, con motivo del inminente lanzamiento de este 'Ode To Ochrasy'...
Swedish Demo-Ochrasy
Dos discazos, centenares de conciertos, idolatrados en Alemania o Japón... el quinteto de Borlänge ha vivido mucho y muy rápido en estos últimos 4 años, predominantemente en ese mundo nocturno al que ellos llaman ‘Ochrasy’, donde pasean personajes extraños y todo puede pasar. Si ‘Bring’Em’In’ y ‘Hurricane Bar’ les abrieron las fronteras del éxito, ‘Ode To Ochrasy’ debería ser su pasaporte al país de las maravillas.
Tienen tanto de los Beatles o los Animals, como de los Libertines o los Strokes; ‘Ode To Ochrasy’ parece estar a medio camino de sus discos anteriores, manteniendo la chispa y la fuerza melódica. Confiando más que nadie en sí mismos, Mando Diao no tienen abuela a la hora de hablar de su música. Así, al saber que hablaría con Gustaf Noren (uno de los colíderes de la banda), me esperaba encontrarme con un tipo arrogante, fruto de un carácter altivo y una estrategia de márketing para hacer ruido. Nada más lejos de la realidad: amable y divertido, Gustaf argumenta con naturalidad su atrevido discurso, y es que su música tiene suficiente peso como para defenderse por sí misma.
-Hola, Gustaf
Hola amigo (literal, en castellano)
-Je, je. Muy buen español!
Sí, he visto muchas películas de Clint Eastwood (¡¿?!) (Risas)
-Tocáis estos días en España, ¿no?
Sí, mañana tocamos en un festival en Bilbao, y pasado mañana, en Madrid.
-¿Os gusta el público español?
Sí. La última vez que estuvimos aquí, hace un par de meses, nos quedamos abrumados por el público, porqué no esperábamos tanta expectación. Había miles de personas, todo vendido. Fue una sorpresa para nosotros. No sabíamos que tuviéramos tanto éxito en España.
-Explícanos cómo ha ido la grabación de vuestro nuevo disco, ‘Ode To Ochrasy’
Es una larga historia. Empezamos a grabar en noviembre. Entré en contacto con Bjorn Olson, que había sido miembro de The Soundtrack Of Our Lives en su primer disco. Es un gran compositor, y ha hecho grandes discos instrumentales en solitario. Me encantan sus discos. Le pregunté si quería producir nuestro disco, y dijo que sí. Es un tipo muy extraño. Vive en una isla cerca de Goteborg, sin teléfono, ni e mail, nada. ¡Sólo puedes comunicarte con él por carta! (Risas). Empezamos a trabajar con él en la producción. Teníamos una idea clara, y a él le gustaron mucho las canciones, pero entonces, las cosas se complicaron. Él es un tipo raro, a veces desaparecía. Odia Estocolmo más que nada en la tierra, y nosotros vivimos allí, y después de 200 días de gira, queríamos estar en casa. Nos dimos cuenta de que aquello no iba a funcionar. Le despedimos, nos metimos nosotros en el estudio en marzo, y trabajamos en la producción. Nos llevó un mes más.
-¿Acabasteis el disco vosotros?
Sí, estábamos cansados de productores que te dicen lo que tienes que hacer. Sabíamos lo que queríamos hacer. En un par de canciones sí que se puede oír el trabajo de Bjorn Olson, pero el 90% del disco está producido por nosotros. En nuestro debut (‘Bring’Em’In), también lo hicimos así. Volvimos a funcionar como si fuéramos una demo-band amateur que nunca ha tenido un contrato discográfico, y recuperamos algunas de las buenas vibraciones de entonces.
-‘Ochrasy’ es un término inventado por vosotros. ¿Qué significa?
Cuando las cosas van tan mal a tu alrededor, todo es deprimente, nadie cree en ti... es mejor escapar a un mundo de fantasía donde nadie te moleste, en vez de ponerte una pistola en la boca. Todo el mundo tiene este mundo donde escapar, relajarse y pensar en positivo. Nosotros lo llamamos ‘Ochrasy’, y es el lugar donde nos refugiamos cuando estamos de gira. Si estás en casa, tienes que afrontar facturas, tratar con el gobierno, problemas con la familia, o la novia… cuando estamos de gira, todo eso desaparece y entramos en una especie de fantasía llamada ‘Ochrasy’. El álbum es una celebración de ese mundo fantasioso. El resto de canciones son historias reales; no muy felices, pero también importantes de explicar, porqué son reales.
-Imagino que preferís ‘Ochrasy’ a la vida real.
Sí!. Me voy a mudar de la vida real. (Risas)
-(Risas) Buena opción! ¿Tienes un ticket para mí?
(Risas) Claro. Todo el mundo está invitado. Es gratis.
-Explícame alguna anécdota extraña de esa ‘Ochrasy’
Hay montones de historias extrañas. Recuerdo una vez en Berlín, después del concierto: se nos acercó un fan de Irán de unos 30 años. Al principio, elogió nuestra música, comentó las canciones, y bla, bla, bla… pero después, empezó a hablar de política y religión. Resultó que era miembro de una organización extremista musulmana, así que tuvimos que decirle: “Oye, amigo, nosotros sólo creemos en el rock” (Risas). Pero el tipo empezó a explicarnos que estaba preparando algunas ‘actividades’, como hacer volar edificios, y fue realmente espantoso. La canción ‘Killer Kaczynski’ trata de este encuentro. Nos asustó bastante. Te encuentras con gente muy rara cuando estás de gira. Mando Diao suele atraer a este tipo de gente.
-Aún así, supongo que las giras son lo mejor de estar en una banda de rock
Sí, por lo menos cuando tienes 25 años. No sé qué pasará cuando tengamos 35, pero ahora mismo es como una película de Fellini. Es como ‘Satyricon’: todo puede pasar. Es como un circo. Cada noche es diferente. Tu vida es mayormente nocturna, porqué el show acaba más allá de medianoche. La presión se va, tienes tiempo libre, y te vas a la cama a las 6 o 7 de la mañana. No es un trabajo normal, pero me gusta, y voy a vivir así tanto como pueda.
-Tocasteis hace poco en Borlänge, vuestra ciudad natal. ¿Cómo os fue?
Muy pero que muy bien. Hace años, cuando tocamos en Borlänge, nos tiraban cosas al escenario, nos apuntaban con el dedo del medio levantado, y no les gustábamos en absoluto. Pero ahora que tenemos éxito fuera de Suecia, cada día se enorgullecen más de nosotros, y piensan: “sí, esos son mis chicos”. Es igual que los seguidores de cualquier deporte. Cuando el equipo va mal, dicen “qué malos son”, pero cuando el equipo gana, cambian y dicen “qué buenos somos”. El ELLOS cambia a NOSOTROS. Ahora, cuando hemos vuelto, ha sido como una celebración a los héroes que han ido a la guerra y vuelven a casa. Fue tremendo. Todo el mundo cantaba las canciones. Identificaban todas las historias sobre Borlänge y las hacían suyas: “esta canción habla de mí, bajo el árbol del parque, borracho, una tarde de 1999”.
-Las 5 canciones que hemos podido escuchar de ‘Ode To Ochrasy’ son muy enérgicas y directas, a medio camino entre ‘Bring’em’In’ y ‘Hurricane Bar’
Sí, puede ser. Tanto en ‘Bring’Em’In’ como en ‘Hurricane Bar’ intentamos hacer un disco como ‘Ode To Ochrasy’. En el primero, mostramos una cara, y en el segundo, otra cara. Éste nuevo es totalmente el estilo Mando Diao. ‘Bring’Em’In’ fue importante porqué enseña que éramos jóvenes; ‘Hurricane Bar’ enseña que tuvimos éxito, y en éste, estamos en medio de ambos. Todavía somos jóvenes, y aunque ya tenemos la rutina de los discos y las giras de los últimos 3 años, seguimos sintiendo la urgencia de mejorar, triunfar y llegar a lo más alto.
¿Es éste el álbum definitivo para explotar y triunfar a nivel masivo?
No lo sé. En este álbum, no hemos pensado en eso cuando componíamos. No hemos intentado escribir singles de éxito o baladas que funcionaran de manera premeditada. Simplemente, Björn (Dixgard, colíder de Mando Diao -ndr)y yo escribíamos con la única idea de que cada canción fuera una historia. No nos importaba una mierda si iba a ser un single de éxito o no. Si cuenta una buena historia, ya es suficiente para incluirla en el disco. Eso pasa en ‘Amsterdam’, ‘The New Boy’, ‘Ochrasy’... No sé si al público les gustará o no, ni tampoco me lo he planteado.
-¿Y cuál tiene que ser la meta final de Mando Diao?
La cuestión es ir paso a paso hacia adelante, y no dar ninguno hacia atrás. En cada disco, en cada concierto. Si volvemos a España, y en vez de tocar para 1000 personas, tocamos para 500, pensaremos que Mando Diao se ha acabado. Si ya tienen suficiente, nosotros tendremos suficiente también, y tendremos que parar. Creo que todavía no hemos llegado a nuestro techo, y vamos a intentar no pensar demasiado en eso. Simplemente, escribir canciones y tocar música.
-Y, como soléis decir, ser la mejor banda de todas, ¿no?
Sí, siempre he pensado que somos la mejor banda del mundo. Me gustan muchos grupos, pero solo 2 o 3 canciones, porqué luego se repiten. Me gusta Mando Diao porqué tenemos muchas cosas diferentes: 2 cantantes, dinámicas para tocar country, soul, blues, rock’n’roll... lo que nos pase por la cabeza nunca será extraño para Mando Diao. Mantenemos a la discográfica alejada, y tomamos todas las decisiones. No creo que no consigamos nunca un gran éxito, pero me parece que mucha gente cree que Mando Diao es la gente que lo formamos. Por supuesto que Mando Diao es mi banda favorita. Estoy metido en ella, y no soy la persona más adecuada para contestar a eso (Risas).
-Leí hace tiempo que decíais que vuestros discos eran mejores que los de los Beatles, Stones, The Who... ¿todavía lo pensáis?
Paré de escuchar a los Beatles y los Stones, porqué los había oído muchísimo. Son una influencia enorme en Mando Diao, y lo que dijimos no intentaba ser una falta de respeto hacia ellos. Pero Mando Diao es 2006, y ellos son 1966. Mis padres leyeron esa frase y me dijeron: “No, no, no. Ellos eran mucho mejores que vosotros”. Quizás para mis padres, los Beatles son mejores porqué vivieron esa época y saben cómo fue todo, pero yo no tengo ni idea. Para mí, los Beatles son muy buenos, pero son como Mozart: anteriores a mi tiempo. Creo que es importante para la gente joven tener su propia música, aunque todos nosotros copiemos a los Beatles, porqué fueron enormes y una gran influencia. Sigo pensando que la gente necesita a grupos como Mando Diao, porqué quieren vernos en vivo, y hablar con nosotros, y escuchar historias sobre nosotros. Los Beatles ya no pueden ofrecer eso. Hacen falta cosas nuevas, y a todo esto me refería cuando dije que éramos mejores que todas esas bandas de los 60. Es bueno recordar y conocer a esas bandas, pero puedo nombrar a muchas bandas actuales que son más importantes que los Beatles o los Stones ahora mismo.
-Quizás actualmente ya no hay héroes musicales como en aquellos días, ¿no?
No los hay. Hoy en día hay tantos artistas que es difícil encontrar un icono. Cuando apareció Elvis, había dos tipos de música: la antigua y la nueva. El jazz, swing o el be-bop por una parte, y por la otra esa novedad llamada rock’n’roll. Todo el mundo escuchaba rock’n’roll. Hoy, tenemos hip-hop, r’n’b, soul, funk, disco, rock, pop, indie, gótica... lo que sea. Los artistas se dividen en un millón de estilos. Es mejor para la gente, pero no para los iconos. (risas)
-La última vez que os vi en Barcelona, tuve la sensación de estar reviviendo los primeros conciertos de los Beatles en Hamburgo, porqué todas las chicas os admiraban enamoradas, y todos los chicos os miraban como si pensaran: “quiero ser como estos tipos”
Sí, creo que hay mucha similitud entre los dos fenómenos, y en la manera que tenemos de comportarnos. No somos la típica banda creada por una discográfica con los chicos más guapos de una zona determinada. Somos amigos de la infancia, de la misma ciudad, que escribimos nuestras propias canciones. Cuando estamos en el escenario, todos los tíos quieren ser como nosotros, y las chicas quieren tenernos (risas). Es lo mismo que les pasaba a los Beatles, y a muchas otras bandas. La verdad es que nunca nos he visto en directo, pero creo que tenemos muy buena pinta (risas). Si fuera un tío, querría estar en Mando Diao para ligar con chicas, porqué siempre hay muchas a nuestro alrededor (risas)
-Vosotros también escribís y cantáis las canciones a dúo, como Lennon y McCartney. ¿Cómo decidís quien se encarga de cada una?
Depende. Normalmente, yo canto las que escribo, y Björn canta las que escribe él, como ocurría en el pasado en el rock’n’roll. Pero también nos gusta mezclar, y cantar las canciones del otro, como si fuéramos dj’s, porqué les da otra dinámica. Como diferentes historias en una sola canción. Cada uno contribuye a su manera en cada canción. A veces canto algo y él responde, como si estuviéramos discutiendo en medio de la canción. En ‘Long Before Rock’n’Roll’, yo le canto a una chica, y Björn es la chica (Risas).
-Leí también que sentíais a Nirvana como una gran influencia.
Sí, pero los Beatles también fueron una de las mayores influencias de Nirvana (Risas). Personalmente no escucho mucho a Nirvana. Sólo tengo un disco suyo, y no soy un gran fan. Pero lo cierto es que Nirvana te capturaban, y conmigo también lo hicieron. Si tienes 12 años, y descubres algo así, piensas que puedes ser grande imitando a los Beatles (risas). Yo pensé que eran como Black Sabbath y los Beatles, dos grupos que me encantaban, y me di cuenta que puedes coger cosas del pasado y convertirlas en algo nuevo y fresco. Esto es lo que está haciendo ahora todo el mundo, aunque algunos seamos más honestos que otros. Me gusta la música en algunos sentidos, pero siempre he pensado que los americanos son mejores, porqué tienen las raíces. Los ingleses son como los suecos, los españoles, los alemanes o los franceses: imitan. Los Beatles imitaban el soul de la Tamla-Motown o a Elvis. El country, el soul, el rock, el folk... han nacido en América. Woody Guthrie, Bob Dylan, Joni Mitchell… son las raíces. Me encanta la música americana porqué es pura. Inglaterra es más imagen. Si miras a The Band, o a Neil Young, no son imagen, sino algo puro, y me gustan. Me encanta John Denver. ¡No sé por qué, pero me gusta!
-En España, hace un tiempo, hubo un boom de bandas suecas (Hellacopters, Backyard Babies, Diamond Dogs...). ¿Qué otros grupos actuales deberíamos escuchar?
Hay muchas. La banda de mi hermano es una de mis favoritas (Sugarplum Fairy –ndr). Ahora sacarán su segundo disco. Hay muchas buenas bandas sin contrato discográfico en Suecia. Las compañías suecas son muy perezosas, y no quieren tomar decisiones difíciles. Van a lo fácil. Hay unas cuantas, pero ahora mismo no recuerdo nombres (Risas). Pero teniendo a Mando Diao, ya tenéis suficiente. Lo mejor es comprar los 3 discos de Mando Diao (risas).
¿Vendréis a Barcelona?
Sí, vendremos en otoño para presentar el disco.
Allí nos veremos, entonces.
Por supuesto.
Gracias, y suerte con el álbum y la gira.
Gracias.