lunes, 8 de septiembre de 2008

Woven Hand, 'Ten Stones' (2008)



En el verano de 2005 tuve la oportunidad de ver a Woven Hand en un contexto tan especial como es el festival Paredes de Coura, que se celebra en el norte de Portugal en un anfiteatro natural en la rivera de un río. Era al atardecer y David Eugene Edwards parecía fuera de sí, como en trance. La banda tocaba como nunca, y el que fuera líder de 16 Horsepower desgarraba cada uno de los versos con una furia visceral. El momento álgido de la noche fue cuando el tipo empezó a pegar un sermón religioso-astral-metafísico y obligó a todos los presentes a que diésemos la espalda al escenario y mirásemos la luna y sintiésemos su poder. Por un rato me dejé llevar y creí a ese loco. Ese día descubrí lo sugestionable que es el cerebro humano, puesto que llegué a sentir la energía de la luna. Os lo juro con mi zarpa sobre una bíblia.

Pues ya os podís imaginar que este Ten Stones no ha de ser de digestión fácil, pero si buscas atmósferas desérticas, música empolvada, melodías infernales, pasajes celestiales, psicodelia, toneladas de épica o símplemente una de esas bandas que suenan a ellos mismos, Woven Hand es lo que buscas.



MIRA A LA LUNA, SIENTE SU FUERZA Y LLÉVATE EL DISCO

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