lunes, 1 de septiembre de 2008
Bright Eyes, 'Cassadaga', (2007)
Este es, a mi modesto entender, uno de los cinco discos imprescindibles de Americana de esta década. Entregué una crítica que escribí con el sudor de mi cola y mis zarpas a la revista donde colaboro y nunca llegaron a publicarla. Me la vuelvo a leer y sigo estando de acuerdo con todo lo que escribí, así que hago un corta y pega para que vea por fin la luz.
"Conor Oberst se ha hecho mayor. ¡Y de qué manera! El niño prodígio que lideró en 1994 Commander Venus con catorce añitos y que en 1998 fundó Bright Eyes junto a Mike Mogis edita lo que es para un servidor una obra clave en el devenir de la banda e incluso de la música americana de raíces de esta década. La profunda carga emocional de sus composiciones y el enigmático encanto que transmiten sus letras hacen de esta sexta entrega de los de Nebraska un disco imprescindible que los equipara a jóvenes talentos del calibre de Cat Power o Marah. "Cassadaga significa simplemente la premonición de un sitio que vais a visitar". De esta manera la esotérica voz de una vidente nos pone en guardia y un interesante viaje comienza a ritmo de la sutil y enigmática «Clairaudients (Kill or Be Killed)». Pronto nos encontramos la primera encrucijada en el viaje y hemos de seguir una de las cuatro direcciones que nos marca el brutal medio tiempo con aires de bluegrass «Four Winds». Más tarde nos damos cuenta de que necesitaremos el favor de un ser sobrenatural para seguir el camino correcto en la épica «If the Brakeman Turns My Way». Así van cayendo las canciones de manera que cada una significa alguna parada en el camino o algún personaje interesante que nos acompaña en parte de él. Tanto nos podemos topar con un «Soul Singer in a Session Band» en otro de esos temas que sobrecogen por su intensidad y belleza o agenciarnos uno de esos «Classic Cars» que se ensalzan en este corte que tanto nos recuerda al maravilloso Countrysides de Cracker. Otro de los momentos cumbres de esta obra magna de Orberst es justo antes del final del viaje cuando bucea en sus temores y sentimientos y grita desconsolado «I Must Belong Somewhere» en una composición en la que parece resucitar el espíritu de Gram Parsons. El final de todo viaje y la vuelta a casa siempre resulta triste y más si lo haces a la sombra de un amargo «Lime Tree» que cierra uno de esos discos que una vez has asimilado sabes que te van a acompañar a lo largo de los años."
ESTE HUMILDE LEOPADRDO CIEGO OS REGALA UN DISCAZO
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2 comentarios:
Lo tengo pedido a los USA pero me lo descargo y así le voy pegando un orejazo. Cierto, enorme el disco de BRIGHT EYES. Estupendo blog chavales, pasaré a menudo por aquí.
MANEL
Claro que sí. Yo lo he buscado por la calle tallers y aún no lo tienen en ningún sitio. El de Bright Eyes me lo compré en vinilo, que es doble y suena realmente a gloria.
Pues ya sabes.. siempre serás bien recibido en la jaula. Un zarpazo.
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